sábado, 22 de noviembre de 2008

Libertad de prensa , libertad de expresión y seguridad ciudadana



Mario Oscar Buono
Esteban Echeverría, 22 de noviembre de 2008.-

Transmitir las ideas por medio de la imprenta, fue la primer gran revolución universal, los libros, hasta ese momento, escritos por especialistas en forma manual, encerrados en los conventos y leídos por elegidos, de golpe fueron patrimonio de todos.
La lucha entonces, por la libertad de expresión dio comienzo y terminó en la guillotina con aquellos que creían que podían limitar la evolución de los tiempos.
Sin embargo a esa primer explosión comunicacional le sucedieron otras limitaciones ejercidas por los poderosos de turno; se incautaron imprentas, se silenció a sangre y fuego las voces de aquellos atrevidos que osaron expresar sus ideas.
A la imprenta le siguió la radio, la televisión y ahora el internet. La tecnología en su avance permite nuevas formas de comunicación y demuestra el ingenio de los poderosos en censurar la expresión de las ideas. ¡Usted diga lo que quiera veremos quienes son los que escuchan!
La democracia no logró cambiar, aún, esa situación injusta y genocida. Los poderosos siguen con su implacable tarea de hacer callar a los atrevidos comunicadores.
Los métodos son distintos pero los objetivos son idénticos; que los demás no se enteren de los pensamientos que puedan erosionar el poder de turno; y este gobierno no es diferente a los gobiernos militares, acallan las voces y cuando el ruido es inevitable (por ejemplo las voces de las victimas de la inseguridad) meten más ruido para que la confusión tape esas voces disonantes.
Cada marcha vecinal, por seguridad es ocultada por los medios o disimulada en recortes apenas leíbles. No puedo creer que per se las empresas periodísticas en oscuro convenio nieguen las realidades más dolorosas para los argentinos, estimo en cambio que desde algún sillón de poder se establece ese oscuro convenio a fuerza de golpes de efectos constantes y sonantes.
Claro, en un sistema de gran impronta material, donde lo espiritual se reserva para algún obituario, está justificado que los grandes medios preserven sus intereses económicos y dejen las ideas para... después.
La censura de la libertad de expresión, entonces, se limita a reconocer impúdicamente que es una autocensura que se acepta como una condición de vivir en una sociedad de consumo que no perdona a los idealistas. La autocensura no puede ser condenada, los empresarios tienen la LIBERTAD de elegir entre sus ingresos o jugarse por los ideales del pueblo. Después de todo ¿qué es más importante?
La pregunta que no puedo dejar de hacer es: ¿Puede haber justicia social sin libertad de expresión?
La comunicación de las ideas políticas por todos los medios, estimo que es la piedra angular del cimiento de la democracia, porque sin justicia social, ¿qué es la democracia?
Porque justicia social, es eso... es salud, es educación, es seguridad ciudadana, es progreso y es historia, es, en suma una comunidad organizada detrás del interés más común de los hombres, el interés a vivir, y como dice la canción vivir no es simplemente perdurar. Por eso honrar la vida es vivirla en plenitud y eso solo es posible en el imperio de la justicia social.

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